La importancia del tapón para el vino
El tapón para el vino es un elemento imprescindible y clave para su buena conservación. Lo importante es que el tapón que se elija, ya sea de corcho o silicona FDA, sea el indicado para el tipo de vino que se está tratando.
El francés Charles Friedel y el estadounidense James Crafts serían los primeros, entre 1863 y 1866, en preparar los primeros compuestos de silicio-carbono. No se volvería a retomar el tema hasta el químico inglés F. S. Kipping. Kipping y Matt Saunders acuñan la palabra silicona en 1901. La Sociedad Histórica Plástica se crea en 1986, tomando a Kipping como pionero, para que la industria fije su atención en productos que incluyan cauchos, sintéticos y elastómeros.
La silicona ha resultado ser un producto muy interesante, debido a sus características: resistente al ozono, a las radiaciones, a la humedad y a las temperaturas extremas. Se ha convertido en un producto estrella dentro de la industria alimentaria. Los tapones de silicona alimentaria (FDA) son unos de los más demandados. Es por eso que la industria del vino también ha optado por los tapones de silicona para barricas (Nortap) y botellas.
Los tapones de silicona para el vino tienen un montón de ventajas: permeabilidad a los gases superior al corcho, buenas propiedades elásticas y, además, no requieren que las botellas estén acostadas, ya que este material no tiene que estar sujeto a la deshumidificación (no pierde la elasticidad).
Los tapones de silicona para las barricas de madera son una inmejorable opción para todos los vinos (Vino del año, joven o cosecha, vino crianza, vino reserva, vino gran reserva). El uso de este tipo de tapones se debe a nuevos productores, como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Países con influencia anglosajona y nuevos productores de vino que han revolucionado el mercado con la elección del tapón de silicona para las barricas.