Madera y silicona en armonía
El uso de la barrica de madera, esto es, el envase clave para almacenar el vino, es casi tan antiguo como la historia misma del vino. El famoso historiador romano Plinio el Viejo atribuía la barrica a los celtas, que utilizaban las barricas no solo para transportar el vino, sino para el transporte de una amplia variedad de productos. Desde entonces, durante la Edad Media y durante toda la historia, la barrica no ha dejado de utilizarse.
De hecho, la barrica se utiliza para transportar productos como pescados en salazón, azúcar o sal. Con la aparición de otros materiales (entre ellos el acero inoxidable y la botella de vidrio), las barricas de madera solo se utilizan como medio para la crianza del vino. Su uso para este fin comienza en España en el siglo XIX en las bodegas del Marqués de Riscal y el Marqués de Murrieta, pero no será hasta finales del siglo XX cuando su uso se generaliza, debido al coste que suponía.
En cuanto a la elaboración de la barrica, son muy importantes el corte, el secado de la madera, el montado y, por supuesto, también el tostado de la barrica. Por otra parte, hay que nombrar también los tapones, un aspecto fundamental y en el que la introducción de la silicona ha supuesto una revolución.
Los tapones de corcho siempre se han considerado una pieza clave en la barrica, sin embargo, actualmente el uso de los tapones de silicona se ha generalizado como una inmejorable alternativa para todos los tipos de vinos. Los tapones de silicona para barricas de Nortap tienen un montón de ventajas:
- Una baja permeabilidad a los gases.
- Neutralidad organoléptica.
- Gran elasticidad.
- No envejecen rápidamente, ni es necesario cambiarlos con cada trasiega.
- Son altamente resistentes a las temperaturas.
Por ello, los tapones de silicona FDA de Nortap se han convertido en una estupenda alternativa cada vez más generalizada. Son ya muchas las bodegas de renombre que confían en nosotros.